El diseño de un captador de polvo se realiza en base a variables como las partículas específicas a filtrar, el volumen de aire requerido, la velocidad del aire idónea. Las partículas de menor tamaño tienden a depositarse mucho más juntas en la media filtrante, a medida que se acumulan en la superficie del filtro, dejando menos espacio abierto para que el aire pase a través de los contaminantes sólidos acumulados. Esto aumenta la resistencia a la presión y por lo tanto deberemos de reemplazar nuestros elementos filtrantes con más frecuencia.